Helena y mis vecinos de enfrente

Helena y mis vecinos de enfrenteHelena y mis vecinos de enfrenteHelena estaba exultante esa mañana. Habíamos coincidido en un día libre de la oficina y también estábamos libres de nuestros maridos, ambos de viaje.La había invitado a pasar la tarde en nuestro departamento, con la idea de disfrutar del sol en el balcón.?Pero, amiga, pensé que íbamos a estudiar matemáticas y practicar el sesenta y nueve?, me dijo riendo a carcajadas.Pude convencerla de que el sol estaba increíble y entonces no dudó en quitarse el vestido. Se asomó al balcón usando apenas una tanga transparente que apenas le cubría el pubis depilado y por supuesto, no llevaba corpiño. Sus hermosas tetas redondas brillaban al sol de una manera increíble.Naturalmente, diez minutos después de estar ambas tumbadas en las reposeras, aparecieron por fin Nicolás y Facundo, mis vecinos del edificio de enfrente. Los miré un poco de reojo, notando que estaban alzados como siempre.Me reí para mis adentros y le pregunté a Helena:?Amiga, te gustaría una doble penetración con dos pendejos bien viriles???Apenas lo dije, ella tomó mi mano y la llevó a su tanga transparente, haciéndome palpar la humedad que ya afloraba entre sus labios vaginales.Me incorporé y llamé a los chicos de enfrente, quienes apenas tardaron un minuto en llegar a golpear a nuestra puerta.Los hice entrar a ambos y enseguida me metieron sus manos por todo el cuerpo, arrancándome la breve tanga a tirones. Pude sentir sus dedos invadiendo mi concha humedecida y alguno hurgando mi estrecho culo.?Esperen?, alcancé a decirles mientras trataba de zafar de sus manotazos.?Mi amiga es la que necesita hoy sus vergas; yo solamente voy a mirar?.Parecieron decepcionados de no poder romperme el culo como la primera vez que habían estado en mi casa, en presencia de Víctor.Pero enseguida se relamieron al ver entrar a Helena desde el balcón, ahora ya sin su tanga transparente. Se detuvo en medio del salón, separó un poco sus largas piernas y los miró a ambos de arriba abajo, mientras se acariciaba el clítoris.?Todavía están vestidos???, preguntó con su tono de voz más sensual que nunca.Al oír semejante cosa, los dos pibes comenzaron a arrancarse la ropa de sus torneados cuerpos y pronto estaban desnudos, con sus tremendas erecciones apuntando hacia arriba.?Así te gusta, bebota???, preguntó Nicolás, siempre el más zafado de los dos.?Hmmm, podrían tenerla un poco más grande, pendejos; espero sepan usarla?.Facundo intentó colocarse un condón, pero Helena dijo que prefería sentir la leche corriendo dentro de su cuerpo. Entonces el chico tomó un pote de lubricante y dijo que él probaría en primer lugar, ya que su verga no era tan grande como la de su compañero. Pensaba que ambos iban a sodomizarla por turnos?como a mí?Pero entonces Helena se rio a carcajadas: ?No, bonito, tu verga más chica es para que me la metas en mi concha? la más grande oara que me haga doler el culo??El nene bonito no se hizo esperar, se dejó llevar por Helena, que lo hizo acostar en el suelo y enseguida se deslizó sobre ese cuerpo, sentándose a horcajadas sobre el ancho torso del chico, que tenía su verga a punto de estallar?Mi amiga lo acarició un poco y luego se fue empalando muy despacio sobre esa hermosa verga reluciente y dura. Ella gimió placenteramente mientras iba metiéndose todo eso dentro de su hermosa concha. El pibe gemía todavía más, seguramente no podría creer que una mujer como Helena pudiera estar cabalgándolo así.Helena se retorcía de placer cuando la verga de Facundo la llenó por completo. El chico la aferró por las caderas y comenzó a hacerla subir y bajar sobre su pija erecta, tomando un ritmo enloquecedor. Nicolás continuaba en silencio, disfrutando del espectáculo que significaba el redondo culo de Helena moviéndose con sensualidad. Se estaba masajeando su enorme verga y en un momento no pudo esperar más.Se arrodilló entre las piernas de Helena, a espaldas de ella e intentó detenerla para poder meterle esa prodigiosa verga en el culo.Pero Helena lo detuvo, pidiéndole todavía permitirle disfrutar de la verga de Facundo inundando su concha ahora dilatada y casi chorreante.Pero Nicolás no quería esperar: simplemente la tomó por las caderas, obligándola a inclinarse sobre el pecho de Facundo, quien colaboró aferrándola por la cintura e inmovilizándola totalmente. Entonces en una sola embestida, la enorme y dura poronga de Nicolás llenó por completo el culo de mi amiga.Mi amiga intentó debatirse al tiempo que lo insultaba y dejaba escapar gritos de dolor, pero el chico la dominó y pronto estuvo enterrado hasta en el fondo en ese hermoso culo ahora bien dilatado.Los tres entonces comenzaron a tomar un ritmo frenético, mientras las dos vergas entraban y salían del cuerpo de Helena. Los tres gemían y jadeaban, aunque Helena ya parecía gozar y encontrarse a punto de lograr algún orgasmo.De repente Nicolás se tensó hacia adelante y aulló en forma delirante, gritando además que ya no aguantaba e iba a acabar en la cola de mi amiga. Y así lo hizo.Pronto también Facundo dejó escapar un alarido, aferrando a Helena por las caderas y dejándola quieta casi fuera de su verga, que comenzó a latir con desesperación mientras explotaba y vaciaba todo su semen en la dulce conchita de Helena.Los tres quedaron exhaustos. Nicolás muy despacio sacó su verga todavía dura de la cola de Helena y ella se quedó descansando sobre el ancho pecho de Facundo, que la abrazaba por la cintura como si no quisiera que ella lo dejara.Nicolás la tomó por los cabellos y de un tirón le llevó la cabeza hacia atrás, para comerle la boca en un beso interminable.?Puta hermosa, hacía rato que no nos cogíamos a una perra tan caliente? Dijo.Ella aceptó el beso, luego cerró los ojos y le respondió que le había encantado la manera en que los dos la habían cogido.Finalmente Facundo la movió para salirse de ella, pero Helena siguió abatida en el suelo, todavía recuperando el aliento. Los chicos se vistieron otra vez y me arrastraron hasta la puerta mientras me besaban las tetas y me metían sus dedos en mi concha bien mojada.?Cuando vuelva tu marido, puta, ya vamos a venir a romperte el culito otra vez?.Cuando se fueron me recosté junto a Helena en el suelo. Le acaricié las piernas, subiendo con mis manos hasta su pubis, pero me detuvo diciendo que tenía la concha bastante inflamada y la cola le ardía por semejante polvo.Volvió a cerrar sus hermosos ojos y me dijo:?Estos dos pendejos pajeros me cogieron bastante bien, pero no me dejaron acabar como yo quería?, me susurró al oído con tono de decepción.?Después de bañarte prometo que esos pibes van a poder escuchar desde enfrente cómo se debe hacer para que una mujer quede satisfecha?, le respondí antes de comerle la boca en un beso bien húmedo?