Experıencıa anal de mı mujer

EXPERIENCIA ANAL DE MI MUJEREl sexo anal no es lo que más me gusta. Voy a aprovechar para contaros por qué me ocurre esto y también os contaré como fueron mis primeras experiencias anales.Es curioso, porque tengo muchas amigas que el anal no les gusta simplemente porque les duele. Es cierto que el culo, a diferencia de la vagina le cuesta dilatar y puede ocurrir que cuando intentas meter una polla te duela, sobre todo si lo haces mal. Os he de confesar que ese no es mi problema, curiosamente mi culo desde las primeras veces que lo probé no tenía problema con las pollas por gordas que fueran; no creo que se deba a nada especial, simplemente es que mi orificio anal es más grande que otros. Lo que me ocurre a mi es que no siento absolutamente nada de placer cuando me meten la polla por el culo. Para mí es una zona que no me proporciona absolutamente ninguna sensación.Por eso no me gusta, porque más bien me aburre, y es una pena porque a vosotros os gusta mucho y para mi resulta muy fácil hacerlo. Aun así a veces lo hago, sobre todo por satisfacer a alguno de los hombres con los que tengo sexo y que creo que se lo merecen, pero lo hago muy pocas veces. Además no creo que se me dé mal, porque como me entra tan bien me puedo permitir el lujo de que me den bastante caña por el culo sin que me m*****e y eso os suele poner muy burros.El anal tardé en probarlo, de hecho no lo hice hasta que no tuve unos 22 años o así. Estuve con un chico que se llamaba Jaime, que fue el que estrenó mi culo. Duramos poco como pareja, no creo ni que llegáramos al año pero la verdad es que en la cama era muy bueno. Quizás influyese la diferencia de edad puesto que me sacaba 10 años, pero ya os digo que era muy muy bueno, o al menos a mi me lo pareció en aquel entonces. Fue el primer novio que tuve con casa propia, y por ello fue hasta aquel entonces con el novio que mas sexo tuve.Él se podría decir que era del montón, delgado, guapete, y con una polla aceptable, era muy maduro y yo por aquel entonces destacaba un poquito (ahora tampoco ando mal eh). Cuando ya llevábamos un par de meses y habíamos follado ya de todas las maneras posibles y en todos los rincones de la casa, empezó a proponerme que hiciésemos anal, yo era un poco reacia porque de mis amigas todas las que lo habían probado decían que era algo más o menos doloroso y lo del dolor no es algo que me atraiga.El caso es que el me propuso un pacto, me iba a ir estimulando el culo, en el momento que me doliese lo dejaría de hacer y según él en un mes me iba a follar mi culo sin que me enterase prácticamente. Las primeras veces se limitó a chuparme el culo, tocarlo con sus dedos y tratar de meter su lengua y la verdad es que me gustaba bastante. Luego empezó a sumar al juego el meter la punta de su dedo y seguir jugando casi siempre con la lengua.Llegó un día en que en vez de la punta me metió el dedo entero, y si no llega a ser porque había utilizado lubricante y estaba más frío de lo normal, casi ni me entero. El plan estaba dando sus frutos, en quince días ya me había metido dos dedos. A mí lo que más me gustaba era la estimulación previa que me hacía sobre todo con la lengua, cuando me metía los dedos la verdad es que no sentía nada especial, pero la verdad es que no me dolió nada. Así que en unos 20 día llegó el gran momento. Me lo estimuló igual que siempre, tomándose mucho tiempo, dilatándolo muy bien (aunque según él aquello no hacía falta dilatarlo mucho) y me metió muy despacito su polla. Fue tan despacio que casi no me enteré tampoco, la fue metiendo poco a poco, yo le iba diciendo que continuase que no notaba nada de dolor y la metió entera. Esa primera vez fue meterla y sacarla dos o tres veces muy despacio y nada más. Yo estaba contenta porque no me dolía nada, a él se le veía disfrutar mucho y aunque yo no podía decir lo mismo sólo por verle ya merecía la pena.Me confesó que de todas las tías con las que lo había hecho o intentado hacer a mí era la única a la que la primera vez le había metido la polla entera. Lo seguimos haciendo bastantes veces la verdad. En aquella fase de mi vida estaba casi más preocupada de satisfacerle a él que de tener placer yo y ha sido con diferencia con el tío que más anal he hecho. Yo estaba demasiado enamorada de él.En un par de meses era una experta del anal, lo que pasa es que cómo me entraba muy bien pues lo de la lengua y la estimulación que era lo que a mí me daba un poco de placer pasó a un segundo plano. Recuerdo que al final cuando hacíamos anal lo que le gustaba era hacerlo bastante fuerte. Loe ponía mucho lo de ponerme a cuatro patas y metérmela por detrás agarrándome de las caderas y darme fuerte, yo aguantaba mucho tiempo pero la verdad es que el siempre acababa corriéndose dentro de mi culo o en mi espalda y yo no sentía absolutamente nada. Además después entre que se lavaba y se recuperaba pasaba un montón de tiempo hasta que me tocaba disfrutar a mí y solía estar demasiado cansado (lo de follar muy fuerte cansa mucho y por lo que él me decía por el culo más)Según se me fue pasando el enamoramiento cada vez me gustaba menos aquello de que me diesen por culo durante un cuarto de hora sin parar como si fuese un a****l y después tener que esperar otro cuarto de hora para que me hiciese sexo del malo a mí, al final la cosa se acabó, dejé de tener novio, pero me convertí en una experta del anal, que placer no me daba, pero que no me dolía.Lo hago a veces, sobre todo por complacer a Fernando, pero no es de mis prácticas favoritas